sábado, 2 de abril de 2011

SIN PALABRAS


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NO ESTABAS EN LAS PALABRAS



Parecía que todo estaba dicho,

y sin embargo, no te encontré en las palabras.


Te busqué. Te busqué con los sentidos;

en la profundidad de mis sentimientos.


Te busqué, en el sonido del caer de las hojas;

en los violines de otoño;

en el arrullo de las palomas;

en los sonidos de tu silencio.


Te busqué, en la metamorfosis de los colores,

cuando del verde, al amarillo viran;

en el sol que duerme en nuestra playa;

en el brillo de tus ojos, tras una lágrima.


Te busqué, en el olor de la tierra húmeda;

en el pan recién amasado;

en el aliento de las flores;

en las frutas de tu bosque.


Te busqué, en el dulzor de las uvas entre los labios;

en la cuna de tu pecho;

en la miel de tu boca;

en el agua de tu fuente.


Te busqué, en el calor de la piel;

en el cobijo de tu abrazo,

cuando ya el día se insinúa;

antes de que se rompa el amor de la noche.


Te busqué. Sí, te busqué y te hallé.

Te encontré en mis sentidos;

en los sentimientos que se destilan,

por entre los blancos espacios de estas palabras.


Te encontré;

y me quedo contigo.

Me quedo con tu vida;

con toda la Vida.


MAN

Para ti: esposa

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