jueves, 30 de junio de 2011

EL TIEMPO

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Una vez se lo preguntaron a San Agustín y este dijo:

«Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicarlo a quien me lo pregunte, lo ignoro»

Esa sucesión de sucesos que están sucediendo de forma sucesiva y que nos une al pasado con una línea quebrada y al futuro, con otra línea imaginaria es: EL TIEMPO

No sé qué me pasa ahora pero todo transcurre a una velocidad galopante: pestañeo,...vuelvo a pestañear... y ya ha pasado un día.

Hace solo unos días, me jubilé.

Unos días más y se casó Pablo.

Hace solo unos días estaba en Galicia.

Solo unos días y... pero no, no es cierto; ya ha transcurrido un año. Un año más sumado a mi vida.

Si en un solo momento puede caber toda una vida, durante todo este año han cabido muchas vidas compartidas con vuestros comentarios; muchos amigos; mucho cariño; mucha alegría y algún dolor.

Os deseo un verano feliz (para los de aquí) y un invierno, con misterio y encanto, para los de la otra orilla. El mío será, largo y movido (Murcia-Mazarrón-Asturias).

Igual que hice el verano pasado, os dejo esta selección de aquellos legendarios "Discos Dedicados" ─de los últimos cincuenta años─ que he elegido para todos vosotros. Tomad el que más os guste y, si queréis, decid con cuál de ellos os quedáis y por qué os lo quedáis. Sería bonito saberlo. Yo os diré después con cuál de ellos me quedo.

Un abrazo muy fuerte y hasta pronto.


Nota: Gracias y un beso a todos los que os habéis acordado de mi cumpleaños. Como dice Isabel: Facebook es un demonio chivato


viernes, 17 de junio de 2011

SERAFÍN, el "Campanero"


Catedral de Murcia

No hace mucho tiempo, leí una noticia en el periódico que me conmovió: un juez había condenado al silencio a las campanas de la torre de una iglesia. La sentencia se dictó en base a la denuncia presentada por un vecino, alegando este que las campanas incumplían la Ley de Medio Ambiente al sobrepasar el límite de decibelios (60 dBa) permitidos en dicha ley. Me entristeció. Esa persona no merecía vivir al lado de una catedral ni siquiera de un simple campanario. Me recordó la "guerra" de los crucifijos; de los belenes y procesiones; sobre el derribo del Cristo de Monteagudo (en mi Murcia); y ahora intuía una nueva guerra contra las campanas, más por lo que representan para algunos que por lo que puedan molestar, aunque la existencia y uso de aquellas campanas se remontaban a más de 400 años de antigüedad.

Las campanas tienen, y siempre han tenido, una bella voz que han marcado los tiempos de las ciudades y de los campos. Transmiten mensajes y uno se siente seguro y miembro próximo de una comunidad cuando las oye.

Yo he tenido el privilegio de haber nacido escuchando las campanas de la torre de mi catedral, y de haber tocado las campanas del pueblo de mi madre: Sucina. Desde muy niño, llegué a entender sus lenguajes y sus mensajes.

Se me ocurrió escribir un relato-cuento, sobre ellas y pensando en ellas, que titulé como SERAFÍN, el «Campanero»®. que después presenté a un concurso de relatos cortos patrocinado por RNE y Obra Social «la Caixa». Cuál fue mi sorpresa cuando me notificaron que mi relato había sido seleccionado como finalista, junto con otros catorce, de entre 685 relatos presentados.

El pasado martes, día 14, fui invitado asistir, en la Caixa Forum de Madrid, al acto de proclamación del ganador de dicho certamen que recayó en otro relato, que no era el mío, al igual que el accésit. Si los queréis leer lo podéis hacer aquí.


Entre los galardonados

Mi relato es sencillo y solo habla de campanas, rescatando costumbres y memorias olvidadas, y de gentes buenas y sencillas. Como su extensión es de cinco páginas, sería muy largo para ponerlo íntegramente en este blog, y no me gusta fraccionarlo por entregas, por eso he decidido que aquellos que deseen leerlo, lo soliciten en los comentario de esta entrada, y con mucho gusto se lo enviaré a su dirección de correo electrónico. Después, si le apetece, puede volver a la entrada para comentarlo. Yo contestaré a todos desde aquí.

La organización, y las personas, de Obra Social «la Caixa» y RNE, han sido impecables y solo tengo palabras de gratitud hacia ellos. También agradezco muy especialmente la cariñosa compañía que tuve, en este acto, de nuestro amigo Luis Madrigal Tascón, junto con Lolín y mi hermana Elvira. No me sentí solo.


Respaldado por Lolín y por Luis

Esta distinción la comparto con todos vosotros y con mis compañeros de «Obra Social la Caixa de Murcia», pues sin vosotros no hubiese descubierto el placer que me produce el escribir.

El relato comienza así:

La iglesia de Santa Catalina tenía una hermosa torre que era la más alta y bella de la ciudad. Desde su altura se dominaba no solo su perímetro, sino hasta los horizontes de su fértil huerta. Al campanario se subía por diez empinadas cuestas y una escalera de caracol que se desarrollaba dentro de una columna central de piedra, con cincuenta interminables peldaños, que eran el martirio y la penitencia de Serafín, el «Campanero», cuando tenía que subir, hasta en siete ocasiones algunos días, para dar los toques por los que se regían los tiempos litúrgicos, las labores y la vida de la ciudad...




Por cierto: ¿recordáis a esta bella actriz?



sábado, 4 de junio de 2011

1/125 seg.

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.Francesco y Marcos
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Bianca, Marcos y Rebeca


Fue solo un instante; un pestañear de ojos; menos aún: fue 1/125 seg.

El tiempo pasa tan rápidamente que las figuras se vuelven etéreas, como fantasmas, sin que podamos retenerlas en nuestra memoria. Una sonrisa, una mirada que se cruza con la nuestra, un leve movimiento apenas imperceptible… y después todo desaparece.

Fue solo un instante; un pestañear de ojos; menos aún: fue 1/125 seg. Pero ese momento existió, fue nuestro, lo vivimos y retuvimos la vida para el recuerdo.




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