miércoles, 23 de septiembre de 2009

ELVIRA HA VUELTO DE PERÚ



Elvira ya ha vuelto de Perú. De vivir su misión.
Ha vuelto con nosotros pero yo sé que no ha vuelto entera. Pedacicos de ella se han quedado por aquellas tierras y algún día darán su fruto.
Estamos contentos y no es porque tenga yo que compartirla (ella no es mía) pero son tantos años juntos, siendo padre e hija... Tantos años envejeciendo juntos... que añorábamos su ausencia.
Ahora todas las mañanas la veo. Ya no está en la cara oculta de la luna.

Mi hijo Manuel es el que se ha quedado ahora allí.

Vuelta a empezar.



sábado, 19 de septiembre de 2009

DESDE LA LOMA DE LA LOSA



Esto es lo que se contempla desde la Loma de la Losa. Tan solo una llanura que con provocantes y sinuosas ondulaciones, te va llevando la mirada hacia el infinito. Y una casa.
Aparentemente poco.
Ya no se oyen las risas de los niños, ni el canto de los mozos, ni el sonido del bordón de una guitarra, ni el trajinar de las mozas subiendo el agua del pozo, ni tan siquiera el traquetear de un tractor en la lejania.
Solo se escucha la voz del silencio. El sonido de la soledad roto, a lo sumo, por la suave brisa que se enreda entre los dedos de una retama, o por el canto de una perdiz que se aleja, o por el correr de una temerosa liebre que va hacia su cama cercana.
Pero os aseguro, os juro, que allí hubo una vida, tan intensa, tan rica, tan fructifera, tan sincera, tan natural, tan vivida ... que núnca se podra olvidar su llamada y tan solo unos privilegiados la han conocido.

Quienes fueron Reyes en su infancia, siempre vuelven al lugar que fue su reino, antes de ser destronados.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

...Y EL RELOJ NO PARA DE DAR SUS HORAS

Cuando en 1960 nuestros padres (y alguno de nosotros) ponian los ojos en blanco bailando con aquél reloj que no querían que marcara aquellas horas.




O como muy movido, con el alegre bayón de Silvana Mangano y el negro Zumbón.



O deleitandose con el baile de Gilda (que entonces la cesura la ponía 3R por lo del guante y ahora por el jetazo)



Lejos estabamos de lo que se estaba cociendo en aquella cueva de escarabajos del Cavern Club y Brian Epstein de Hamburgo con aquellos cuatro locos de Liverpool.

En 1962 entraron en España rompiendo puertas y ventanas y una corriente de aire fresco entró en nuestras mentes impidiendo que nos amuermaramos... y el reloj marcó nuestra hora



El tiempo no se para, y detrás de nuestra hora, el reloj sigió dando muchas más, pero ciertamente no ha sido tan traumático para nosotros como lo fué para nuestros padres.