miércoles, 22 de febrero de 2012

EL HOMBRE Y EL RÍO




No hay nada tan suave, y a la vez tan fuerte, como el agua que fluye por un río.
El hombre y el río comparten la misma sustancia y tienen un mismo destino: seguir siempre adelante.
Pero el río, al contrario que el hombre, nunca vuelve la vista atrás. ¿Será porque el río no tiene corazón? ¿Será porque tampoco tiene memoria?