No sé porqué escribo esto. Será porque esta noche me desvelé a las 4 y me vinieron a la mente las imágenes de una niña volando una cometa.
¡Papá! ¡Papá!, hazme una cometa.
Gritaba la niña
Papá, papá que sea grande
Muy grande, muy grande
Con la cola muy larga
Y con lazos de plata
Con las alas de un hada
Y con papeles de seda
Que vuele muy alto, muy alto
Y un hilo muy largo
Tan largo tan largo
Que llegue hasta el cielo.
El padre sonríe al ver a su hija
Que salta y que brinca como una gacela
¿Así de grande la quiere mi niña?
¡Más grande, más grande la quiere tu nena!
Que grande, que hermosa, que bella cometa
Con sus dos cañicas en cruz travesera
Con la cola larga y con lazos de plata
Y un hilo tan largo que al cielo llega
Vamos a la playa a volar mi cometa
Vámonos padre que yo quiero verla
¡Ya se alza! ¡Ya sube!, como una gaviota
Que vuelo tan lindo tiene mi cometa
La sube, la baja, a derecha y a izquierda
Maneja la niña a la dócil veleta
La niña se mueve al son de su vela
Retrocediendo va por la playa aquella
No ha visto el cortado que había tras de ella
¡No sigas! ¡No sigas! ¡Párate ahí niña!
Tarde llegó la voz que gritando avisaba
Y a los pies de la niña, les faltó la tierra
¡Dios mío1 ¡Dios mío! Protégela a ella
Angustiado su padre se fue tras de ella
Pero, de pié, allá abajo, estaba la niña
Sin un rasguño, ni un golpe siquiera
La niña miraba fija a su cometa
Que la llevó por los aires y la dejó en la arena
Como suave caricia, sin que nada sintiera
Con delicadeza.
Miró el padre al cielo y vio a la cometa
Y unas alas de ángel que se plegaban tras ella
9 comentarios:
¡Qué belleza de cuento!
¡Qué amor de padre y qué amor de hija que tan feliz se sentíría al ver volar tan alto a su cometa!
Me ha encantado.
En sintonía, en casa, estábamos despierto a esa misma hora de la madrugada.
Creo que nos acompaña el miedo que no acaba.
Un abrazo.
Me encanta este cuento versado, de veras Man. Lo encuentro tan dulce, tan delicioso... Fíjate que he recordado leyéndolo esas veces que he concedido un deseo a mis niños y luego he temido que fuese un peligro para ellos; qué escalofríos me entraban por el cuerpo al pensar que yo podría haberles causado daño por mi insensatez, como al padre a ver que su niña se iba tras la cometa y...
Creo que sé a quién le voy a contar, casi cantar, porque tiene mucha música, este bonito cuento.
Besos. Hasta pronto.
Precioso en el ritmo y en el contenido. Con una intensa carga de ternura y una moraleja de esperanza, como los buenos cuentos que te llenan de ilusión... (suspiros)
Un besazo.
Por casualidad me regalaron una cometa que no sabía usar. Entre mi niño de seis años y yo soltamos el hilo, el viento la infló y subió, subió, subióoooo.
Cogimos afición y aprendimos a subir, a bajar, a tensar, a correr detrás, a volar bajito o hasta el cielo. Era liviana y placentera la sensación de manejar el viento y la tela con sólo una cuerda y la intuición.
Hace ya muchos años, luego pasó el verano y pasó con él el tiempo de la cometa.
Gracias MAN, no había vuelto a recordar tan delicionsos momentos.
Muy bonito. Lo guardaré para contarselo a mi nieto-a .
Un abrazo
Que bonito,y cuanta paz cuando terminas de saborearlo.Yo creo que pienso como muchas de las personas que esperamos todos los dias ver tu blog.Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste,pero nunca olvidarán como los hiciste sentir.Un besazo.
pandorga o barrilete se dice por aquí.
Cada vez que los veo, la ilusión acompaña su vuelo.
Bellísimo post, Hombre.
Alicia
Sólo he venido a saludarte, Man. Ánimo, seguimos esperándote.
Un abrazo.
Gracias, Man. Te he dejado una respuesta en mi blog, pero por si acaso, no quería que ignoraras lo agradecida que estoy. Ánimo y a lo tuyo, seguro que encuentras la manera de robarle tiemo al tiempo.
Un abrazo.
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