sábado, 23 de enero de 2010

LOS CONJUROS


Después de pensarmelo repetidas veces he decidido, no sin vencer algunos temores, poner aquí una pequeña muestra de como va trascurriendo mi novela que se desarrolla en Murcia y su huerta en el siglo XIX ... y ver que pasa. No creo que me haga daño. Es un pequeño trozo del capítulo 8 que he estado escribiendo estos últimos días. No está revisado y le faltan varias lecturas y repasos.

Bueno, pues aquí os lo dejo. Comprendo que es muy largo y quizás os parezca algo pesada pero... no todo es así.


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Después de comer se unieron a ellos “Ñin”, Teresa, Ana, José y Pedro que llegaba en ese momento de Alcantarilla.

Tomaron el café de recuelo en olla que había preparado Rosa y los hombres se sirvieron una copa de anís escarchado de la botella que Juan sacó a insistencias de “Ñin”.

- No seas roñoso Juan y sácate la botella de anís escarchado, y la del “regüelto” y la de “la coñá”, que nos echemos un lingotazo.


Estaban en animada conversación cuando de pronto, en le lejanía, se escuchó levemente un toque de campanas que venía de Murcia. Todos se miraron en silencio.

- Laudeate dominus – dijo Pedro con cierto tono ceremonioso

- Sí, son los toques “de Conjuros”. Hoy es 3 de mayo, día de la Santa Cruz – comentó Andrés

- Sí es cierto, hoy es el día de la Santa Cruz y hoy comienzan los “Conjuros” que siempre hemos escuchado, pero, ¿por qué son esos toques? Contádnoslo si lo sabéis – dijo Teresa mirando a Pedro.
Andrés y Pedro se miraron como diciendose ¿quien de los dos lo cuenta?. Andrés le hizo a Pedro un gesto para que fuera él el que lo contase.

Pedro miró a Ana, que se atusaba el pelo y estiraba el refajo, se mordía los labios para que estuvieran más rojos y se pellizcaba las mejillas pensando que Pedro no la observaba. Cuando Ana levantó la cabeza y se encontró con la mirada de Pedro, se puso más colorada y, riéndose, se tapó la boca avergonzada y se acomodó en la silla para escuchar a Pedro que carraspeó un poco como para aclararse la voz. Pedro bebió un sorbo del anís escarchado y empezó a hablar:

- Un Conjuro es una lucha encarnizada entre el bien y el mal. Un concierto de campanas es un combate que se cierne sobre la ciudad y su huerta para ocuparla y protegerla de los malos espíritus que puedan hacerle daño.
Es una lucha a vida o muerte; el bien contra el mal en un combate escatológico. Es un concierto de sonidos que como látigos centelleantes van envolviendo todos los rincones de la ciudad para dar la batalla al mal allí donde se halle escondido. En Murcia esta creencia es ancestral al menos desde su nueva época cristiana, y parece ser que en épocas anteriores, cuando nuestros antepasados los íberos, también existían, y con más razón, estos tipos de Conjuros.


La campana que primero habéis escuchado se llama “la Mora”. Es una de las campanas más antiguas. Data de 1,383 de nuestra era, aunque en su cuerpo figura la fecha de 1421 pero de la era Hispánica, lo cual obliga a restarle 38 años, ya que en dicha era se empezaba a contar desde antes de Cristo y no como ahora que se cuenta después de Cristo.

La campana no es Mora, como algunos dicen, pues como todos sabemos, los moros no tienen campanas y tampoco es la más antigua ya que Almanzor, en el año 953 asoló Santiago de Compostela y trajo sus campanas hasta Córdoba a hombros de esclavos cristianos y que dos siglos después volvieron a realizar el mismo camino de vuelta cuando Fernando III el Santo, el padre de nuestro rey, Alfonso X el Sabio, conquistó Córdoba. Lo que sí es posible es que al ser la campana más antigua fuera la que advertía de las incursiones moras de aquellas épocas.

También se dicen que la llaman así debido a los dibujos e inscripciones que tiene en su falda. Una estrella de David, que siempre se ha se utilizado como talismán conjuratorio, y una inscripción en latín que dice: “Ecce signum, fugite partes adversae, vicit leo de tribu Judá, radix David. Aleluya. Su traducción, más o menos viene a querer decir: «He aquí el signo (de la cruz). Huid enemigos (del alma, mundo, demonio y carne). Vence el león de la tribu de Judá (Nuestro Redentor) Cristo. Aleluya». Esta frase es la antífona de uno de los salmos que se rezan en el Oficio Divino del día de hoy.

El sonido de esta campana es muy dulce porque, según se dice, se empleó mucha cantidad de plata en su fundición. Ella es la dulce voz de la Catedral de Murcia.

Todos estaban pendientes de las palabras que salían de la boca de Pedro. Ana lo miraba embelesada e inequívocamente enamorada. “Ñin” estaba que se le caía la baba de escuchar a Pedro y orgulloso de él, deseando que se formalizara esa relación con su hija Ana, no fuera a ser que viniera alguna lagarta pajuata, lo engatusara y se lo quitara.

Se hizo un silencio porque unos minutos más tarde se volvieron a escuchar los mismos toques repetidos.

- Sigue Pedro, por favor, sigue contando – insistió Ana.

Pedro bebió otro sorbo del anís escarchado que Juan le había repuesto en la copa y volviendo a carraspear continuó.


- Como os he dicho, un concierto de campanas en un combate contra las fuerzas del mal, una lucha por tomar al asalto una ciudad que con su lenguaje sonoro va ocupando plazas, calles, casa, campos y rincones. Incluso ocupando el interior de las personas. Es como una escala de Jacob, por donde bajan y suben, a ritmo de tañidos, una legión de ángeles con lenguas de fuego en sus bocas y espadas de dos filos en las manos, para penetrar y curar el corazón de los hombres y poder llegar a sus recónditas profundidades donde el mal anida con sus miedos, sus memorias, sus fobias sus sentimientos cainíticos contrapuestos, que están esperando la más mínima oportunidad para manifestarse ante la menor muestra de debilidad.

Con sus fugas, sus variaciones de tonos, de intensidad y volumen, se desarrollan ataques, asaltos, aproximaciones y huidas en desbandada con los ecos lejanos persiguiendo y marcando, con la audición de su sonido, su propia territorialidad. Con sus repeticiones hace recordar a las fuerzas del Seol que la ciudad está protegida y para que estas fuerzas malignas no intenten regresar y hagan de nuevo presa en ella.

Murcia tiene tres puntos débiles muy concretos en los que sus particulares demonios la atacan con desbastadora fiereza arrebatándole el trabajo, el sosiego y la comida de sus gentes: las riadas, el granizo y la sequía.

- Eso es cierto, aquí o nos ahogamos o nos morimos de sed – intervino “Ñin” – continua Pedro que esto está muy interesante.

- Para combatir estos males la ciudad se proveyó de estas armas campaniles con las que hacer frente a estas fuerzas malignas que la acechan y con ella Conjurar el mal, ante sus manifestaciones y de forma preventiva. Como viene a decir la leyenda de “la Mora”,Un León para luchar contra otro león”.

En este toque intervienen tres campanas a dúo y tres en conjunción. De esta forma se reza para obtener la bendición de la cosecha y el alejamiento de tormentas y granizos.

Los toques comienzan y terminan con la melancólica campana llamada “la Nona” que interviene como una leona, lanzando fieros rugidos de Mi, que es la tercera nota del pentagrama y toma su nombre de la primera sílaba del tercer verso del poema “Ut queant laxis” que dice Mira gestorum que se traduce como “de los milagros”. Este toque que acompaña al bello sonido de “La Mora” es correspondido con los graves tonos de las campanas “Trinidad” y “Paz” lanzando al aire rugidos en La que es la primera sílaba de la sexta estrofa del mismo poema: “Labii reatum” que quiere decir “Nuestros pecadores (impuros) labios”. Así las campanas parecen decir “Con nuestros labios impuros gritamos el Conjuro de los milagros”.

Pedro, sin pretenderlo, había ido elevando paulatinamente el tono de su voz hasta que se dio cuenta de la carga de emoción que había en ella y se calló un momento. Se hizo un silencio profundo y denso. Toda la huerta parecía escuchar las palabras que salían de la boca de Pedro que tras unos segundos continuó, pero cambiando el tono de voz por otro menos solemne y más coloquial: como haciendo un epílogo.


Cuando hay peligro de que descargue una tormenta de granizo el obispo sube al balcón de los Conjuros desde donde conjura a la tormenta para que se aleje o para prevenir de la “riá” exponiendo la reliquia del Lignum Crucis entre los cuatro pináculos sobre los que se yerguen los cuatro santos (Isidoro; Leandro; Fulgencio y Florentina).

Estos toques de Conjuros se realizan: el primero a las seis y se repite a las las seis y cuarto de la mañana, para empezar el día y despertar a sus habitantes y para recordarles que el León de Judá está despierto y vela por ellos. El segundo tiene lugar a las once y a las once y cuarto: le recuerda al que está trabajando que el Guardián de Israel no duerme ni reposa. El tercer y último es a las cinco y a las cinco y cuarto de la tarde, cuando se termina la jornada para hacernos recordar el Señor nos libra de todo mal, todos los días de nuestra vida.
Así se hace todos los días desde hoy, 3 de mayo, hasta el 14 de septiembre festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. En este día 14 de septiembre, al terminar el último toque de las 5 y cuarto, tiene lugar un concierto de música desde lo alto de la torre al cual asisten una gran cantidad de murcianos.

Pedro había terminado de hacer su explicación pero nadie decía nada. Estaban alucinados. Por fin Ana se atrevió a hablar.

- Esto que nos has contado es preciosos, Pedro ¿Cómo sabes tantas cosas?

- Eso lo hemos estudiado en el seminario y lo hemos vivido muy intensamente dada la proximidad del seminario y la Catedral.
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21 comentarios:

Capuchino de Silos dijo...

Pero bueno...¡qué alegría! Nos hemos encontrado con una gran sorpresa el día de hoy.
Mañana la volveré a leer que hay un poco de ruido en casa y te comento. Me da mucha alegría.
A Mercedes la sigo leyendo cada día. Está muy interesante también.
Un abrazo

Man dijo...

Por favor C de Silos, Mercedes es una auténtica magnífica profesional y yo no trato de parecerme a ella. Solo soy un hombre que trata de recuperar y recordar cosas perdidas de la historia de su pueblo y de sus gentes por medio de una novela.
Esto solo ha sido una curiosidad histórica por cuanto solo se refiere a unos "toques" de campanas que ya han desaparecido.
Es solo un paréntesis de la trama de mi novela y no es verdaderamente una parte interesante para crear ambiente y seguimiento pues además no va a tener continuidad en el blog.
Solo es eso, revivir una curiosidad que poquísima gente conoce. Yo solo sabía que había existido pero he tenido que investigar para rescatarlo del olvido aunque debe haber más cosas de este mismo tema que aún desconozco.
Sería tremendamente feliz si algún día alguien se da cuenta y se vuelve a recobrar este Conjuro (aunque sea solo para un día al año) que forma parte de nuestra historia, no muy lejana, pero que se está dejando perder en la noche del olvido.

Tú que eres música ¿Sabías que el poema “Ut queant laxis” de donde se toman los nombres de las notas musicales es de un monje benedictino (Pablo el Diácono) de la abadía de Montecassino?

Mercedes Pinto dijo...

Estimadísimo Man, cómo me alegra que nos hayas permitido entrar un poquito en esa obra que te traes entre manos. Me ha parecido muy interesante, todo el contenido, pero especialmente la manera en que introduces esta densa explicación para hacerla más cercana y sencilla, tarea nada fácil cuando se está novelando, además de ser una opción valiente. Cuando uno tiene algo que decir impepinablemente, porque entiendes que ese es el momento de contarlo y no otro, se encuentra con un problema peliagudo: cómo introducirlo en la trama sin perder el ritmo del conjunto de la novela. Tú has resuelto el problema con maestría. Has conseguido mantener el ritmo e introducir esa información tan valiosa sobre la historia de esta campana murciana y el sentido, el modo y el porqué de su repiques. Ánimo, sigue así, quiero leerla entera.
Un fortísimo abrazo.
Hasta muy pronto.

Mercedes Pinto dijo...

Perdón, se me olvidaba dar las gracias a Capuchino de Silos por seguirme con tanto interés.
Lo dicho, hasta pronto.

Man dijo...

Gracias Mercedes pero tengo que depurar mucho esto y aligerarlo de "peso". Al releerla ahora veo la redundancia conceptual que es consecuencia de que tengo que escribir a salto de mata y cuando me pongo, muchas veces, pierdo el hilo si nó del tema sí de las palabras que ya han sido puestas. Ahora he visto como quitar una tercera parte del contenido que aporta muy poco.
Gracias por tus palabras

Ángeles Hernández dijo...

Felicidades MAN:

Con este pequeño retazo, no puedo engañarme pensando que la novela va a ser una maravilla, (son tantas las variables que influyen en ello, que prefiero ser prudente) pero sí que este relato en sí mismo lo es. Puede leerse aisladamente, sin saber nada más de la obra y tiene sentido por sí mismo.

Me ha resultado muy interesante la descripción del fenómeno del "conjuro"- combate contra las fuerzas del mal que acechan la ciudad, sean moros o plagas- y sumamente ameno como lo hacen con las campanas de Murcia, utilizándolas como instrumentos músicales , cada una con su tonalidad. La relación entre las notas musicales y la primera sílaba del poema "ut quean laxis", es un toque de erudición que pocas personas conocen pero que dan una idea de tu enorme acerbo cultural.


Espero y deseo que la novela terminada me resulte tan entretenida como el "trocito" que hoy has tenido a bien mostrarnos".

Gracias.

josefina dijo...

Muy interesante tu explicación sobre la campana. El libro debe de estar muy bien.
Te seguiré.
Un abrazo

Ángeles Hernández dijo...

MAN podía hacerlo yo ,pero te comería el terreno y eres tú quiien lo ha citado ¿por qué no nos pones el poema de Pablo el diácono y una pequeña explicación de como dio origen a las notas musicales, tal y como las conocemos hoy día?

Mercedes Pinto dijo...

Buena idea Ángeles Hernández, a ver si se anima Man y nos hace el honor.
Saludos a todos.

FOS dijo...

Alguien hablaba el otro día acerca de la endogamia de los blog, en los que había muchas flores y eso a la postre, no es constructivo.
Yo hoy voy a ser el contrapunto, y alabo la autocrítica de MAN, ya que efectivamente hay quizás de masiada paja en este capítulo y tal vez quitándole esa tercera parte, se quede donde debe.
Sin mas intención que construir, recibe un abrazo MAN y sigue así, exigiéndote pero escribiendo.

Man dijo...

Gracias FOS. Eso exactamente es lo que estoy haciendo. He vuelto a reconstruir este capítulo y le estoy quitando "peso" (petulancia) porque creo en la novela.
Así no me la trago ni yo.
Hay que trabajar más.
Gracias a todos vosotros y un abrazo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

¡A esto no hay derecho...! Tenga usted amigos para eso. Resulta que yo estaba en la creencia, querido Man, de que habías abandonado el tajo literario, para dedicarte en cuerpo y alma a las fabricaciones industriuales, propias de Ingenieros y demás gentes de mal vivir. Mas, he aquí (valga la expresión) que ahora mismo me encuentro por pura casualidad con el fragmento de una novela (como yo ya sospechaba y puedo acreditar coetaneamente), además de un proyecto de cuento, o similar. No te preocupes, Man, que Don Benito Pérez Galdos, según se cuenta, cuando comenzba a escribir no sabía qué es lo que le saldría. En principio, me entusiasma que la acción discurra en la Huerta murciana, pero tengo que decirte lo mismo que a Mercedes. Me parece que no es posible enjuiciar una novela sin leerla integramente, de principio a fin. Bueno, felicidades por la "reapariciíon". Tendré que ir quitando el aviso. Un abrazo. Luis.-

El Blog de Clau dijo...

He espiado un poco tu blog, (no he llegado a él de casualidad, sino que me pasó sus coordenadas Luis Madrigal.Me gusta más la poesía que la prosa.Aunque admiro el valor de publicar y compartir algo que recién estás construyendo y sobre lo que los demás opinan.Parecería como un "taller literario cibernético"?Amé la explicación sobre la existencia de los Reyes magos.Me reconcilia con la supuesta verdad que se apresuró a revelarme mi padre:-).También me impactó el tema de extrañar a los seres queridos que estan lejos...todos tenemos un día como el que tu llamas tonto, no está mal que así sea.Saludos
Claudia

Anónimo dijo...

Tu incondicional-prima, lo encuentra bonito,claro que doctores tiene la iglesia.Y como yo no soy doctora solo una aprendiz a la lectura............... Un beso

Man dijo...

Mis muy queridos amigos:
Os agradezco muchísimo todas vuestras palabras.
Al principio pensé que había sido un error el haber dejado un trozo de un capítulo, sin repasar, sin corregir, y sin ponderar. Solo porque me había emocionado, y me sigue emocionando casi hasta el nudo gordiano y gargantero, el haber descubierto cosas tan tiernas y de tanta frescura, no en una campana, sino en un toque de Conjuros, así como la fe de mis antepasados paisanos.
Cuando no había ni radio, ni TV, ni casi prensa, la vida de la ciudad la marcaban los toques de campanas y para cada noticia, para cada acontecimiento, para cada hora o rezo del día, la Torre hablaba con sus propias palabras. No os lo vais a creer pero desgraciadamente la justicia ha callado a las campanas por la denuncia de algún ciudadanos que vivía cerca ellas (privilegiados que no se lo merecen) y los jueces han tenido que fallar en contra de las campanas al amparo de la Ley de Medio Ambiente alegando contaminación acústica. Así que ni cruces, ni campanas, ni belenes y pronto ni Procesiones de Semana Santa. Así nos luce el pelo.
Decía que al principio pensé que había sido un error pero ahora no lo pienso así, al contrario, creo que ha sido un acierto que me ayuda a escribir con más mesura y humildad. Necesitaba vuestras palabras, las dadas, las entendidas y las calladas.
Dicen que el justo cae 7 veces al día y eso ocurre porque otras 7 veces se levanta. Eso me pasa a mí, que G.a D. me levanto.
Me he puesto con más ahínco e ilusión al teclado, aunque con el mismo poco tiempo, pero con la misma fe en una novela que rescata memorias y vidas de un pueblo en un siglo tan dramático para España, y para Murcia, como lo fue el XIX (Regencias, liberalismo, república, federalismos, terribles inundaciones, Cuba, Filipinas…) todo vivido por unas magníficas familias llenas de ternura y de costumbres olvidadas.
Repito que os doy las gracias porque me habéis hecho un gran favor y no os nombro uno a uno porque todos estáis incluidos en el nombre de “amigos”, pero permitidme que, por ser esta la primera vez que me dirige su palabra, salude especialmente a Claudia. Muchas gracias Claudia por tus palabras, luego entraré a conocer tu blog.
Durante un par de días no podré entrar porque estaré de viaje de trabajo en Madrid pero cuando regrese, volveré a estar con vosotros.
Un fuerte abrazo

Mercedes Pinto dijo...

Querido Man, me asombra tu humildad. Tú, que podrías darnos un millón de maestras clases sobre las palabras a los demás. Eres alguien especial, no me cabe duda.
He leído los anteriores comentarios y, basicamente, podría estar de acuerdo con casi todo lo que con tanto respeto te comentan. Pero yo, que como sabes ando por estos andurriales de la literatura, pienso que el estilo y ritmo, así como los temas que trata, de un atutor ha de conservarse como la semilla que asegurará la próxima cosecha. Qué duda cabe que todos aprendemos con los lectores, y que hemos de buscar con ansiedad la excelencia, que todo se puede hacer mucho mejor; pero has de hacerlo tú, como tú eres y sientes. Estoy segura de que conoces las lagunas de tu obra, aquellos puntos en los que flaquea, porque no eres hombre soberbio, y sabrás afrontarla pensando en el lector. Es posible que tenga párrafos un tanto densos, pero como tú mismo nos has dicho, era una parte de un manuscrito sin corregir, y sabrás quitar la paja si la hubiera o convertirla en oro. De todas formas, valorar una obra por una muestra es un error, es como escuchar tres notas de una bella melodía: poca cosa.
Un abrazo.

Man dijo...

Jajajaja, Mercedes no pongas un dedo en la boca de un león ni aunque parezca que está muerto. No soy tan humilde, ni mucho menos.

Marga Fuentes dijo...

Querido Man, sin leer tu capítulo, paso a agradecerte el cariño incondicional que has dejado para mi en el blog de Luis Madrigal.
Estoy pasando por un momento difícil, pero saldré, seguro que saldré.
No es momento para que veas mi blog, últimamente, es lo más parecido a un cementerio. Pero tu apoyo y el de otros amigos de Luis, me están empujando a que salga a flote aunque, en mi descargo te digo que, hace apenas semanas que pasó por mi, este terremoto que me ha dejado sin respiración.
Te "pincho" para seguirte en cuanto comience a revivir.
Un fuerte abrazo,

Paloma Corrales dijo...

Mi querido Man, qué puedo añadir que no se haya dicho ya...

Te diré que es un acto de valentía exponerse públicamente, me ha encantado el rescate que has hecho de antiguas tradiciones y, es verdad que tendrás que depurar alguna cosa...

Es muy difícil con un trocito tan pequeño poder valorar, pero yo no he tenido la sensación de una lectura densa.

Un besazo ;-)

Mercedes Pinto dijo...

Hola, Man:
Sólo quería saludarte y preguntarte por tu viaje.
Hasta pronto.

ELILUC dijo...

...creo que te esta saliendo de maravilla...quise saltarme un pedazo (soy desesperada) pero me regrese (al principio) y lo lei completo...muy bueno!!!!!
un abrazo