Era yo entonces un niño cuando, en la estación de ferrocarril de mi ciudad, había un tumulto de personas con pobres maletas, unas de madera, otras de cartón, atadas todas con cuerdas, que fundidos en largos abrazos y besos interminables se despedían llorando de los que allí se quedaban.
- Son los emigrantes – me dijo mi madre con respeto y queda voz.
Aquellas escenas eran algo incomprensibles para mi mente infantil.
- Por qué lloran si se van de viaje a algún lugar donde hay cosas bonitas para ver?
- Algunos puede que no vuelvan más – respondió mi madre.
No comprendía bien aquello y cómodamente, viajando en un vagón de 1ª, me quedaba soñando que era yo el emigrante y que vivía maravillosas aventuras en países idílicos y lejanos.
Cuando llegué al pueblo, de vacaciones, fui corriendo en busca de mis amigos.
- Papín no está aquí, se marchó con sus padres a trabajar a Alemania
- Joselito se ha ido con sus padres y sus hermanos “a la Argentina”
- La casa de Pedrito está cerrada a cal y canto. Su madre y él se han marchado, creo que a Méjico, donde se exilió su padre después de la guerra – alguien me dijo.
Nunca más los volví a ver y entonces empecer a comprender el significado de aquellas lágrimas.
Después viví esa realidad más de cerca. Primas lejanas de mis padres que, acogidas en nuestra casa, esperaban los papeles para poder emigrar a Venezuela. Mi padre representando a un sobrino lejano, que ya vivía en Argentina, lo casaba por poderes con su novia Virtuditas, para poder hacer la agrupación familiar y llamar a su joven esposa. Meses de espera, y la bella Virtuditas, casada y soltera.
Estas canciones descubrieron entonces, para mí, su dramático contenido y, escuchándolas, me hicieron llorar.
¿Por qué se me ocurre deciros esto hoy?
Ayer recibí en la fábrica a un hombre joven que representaba a una empresa vasca con la que teníamos cierto interés en contratar sus servicios. Una serie de malas coincidencias y despropósitos había hecho que mi interés por ella se diluyera totalmente. Por fin accedí a tener una entrevista y me visitó este joven que os digo.
Me entregó su tarjeta con su nombre: Javier Fernández. Nada más español.
A sus primeras palabras de presentación y disculpas, le pregunté:
- ¿Usted es argentino?
- Sí, ¿Cómo lo notó? Llevo tantos años en España y pensé que ya no se me notaba. Soy hijo de español.
- Sí, se le nota, se le nota y no debe hacer por evitarlo.
Me acordé en ese momento de mis amigos y pensé que podría ser un hijo de ellos ¿Qué más daba si lo era o no? Hijo de alguien que dejó aquí amigos sí que era. Sentí unas entrañas de agradecimiento hacia ese país que tan bien los acogió y tanto nos ayudó en tiempos difíciles. Una cálida corriente de simpatía y respeto, corrió por todo mi ser y se disolvieron todos los despropósitos y prejuicios que pudieron haber.
Hoy he pensado hacer esta entrada con mi particular agradecimiento a todos los países de Sudamérica que nos acogieron. Es de bien nacido, el ser agradecido.
Aquellos billetes de ida, dejaron en mí estos otros billetes de vuelta.
17 comentarios:
Han sido tiempos muy duros, aquellos de la emigraciòn, Man.
Que entereza tenìa esa gente. Hoy ni siquiera imaginamos algo asì.
Que tiempos.
Y que gente.
(al respecto, cada vez que viajè a Europa por la empresa, en Inglaterra y Alemania, me hacìa pasar por español!! jajajajaja!! pero en España....era suizo!! Por gallego, no pasaba. Se daban cuenta.)
Un abrazo.
Recuerdo que a mi país (Chile), por instancia y buenos oficios de Pablo Neruda, un barco llamado Winnipeg nos trajo 2.200 inmigrantes españoles, todos huyendo de Francisco Franco...Dice en sus memorias: "Que la crítica borre toda mi poesía, si le parece. Pero este poema, que hoy recuerdo, no podrá borrarlo nadie"...
Un abrazo amigo.
Hola Man..
Me ha encantado tu entrada... sincera y sentida... se percibe..
la inmigración es siempre dura... y mas si el país de acogida, está lleno de prejuicios.
y por otro lado ... nuestros propios prejuicios inconscientes y negados muchas veces, hacen que miremos de lado y no seamos muy solidarios con ese tema..
has tenido suerte que tu corazón que late muy bien y está muy vivo, en el sentido afectivo, se viera tocado de esa emoción que nos transmites..y pudieras así ... superar cualquier obstáculo en las relaciones humanas, que es de lo que se trata al cabo y al fin
Un besazo muy fuerte
Me ha gustado mucho tu entrada. Yo nací en Venezuela porque mis padres emigraron a ese país y hoy vivo con mi familía en España. A pesar de lo difícil que resulta iniciar una vida en otro país considero que es una de las experiencias más enriquecedoras que puede existir. Gracias por narrar de forma tan emotiva el fenómeno de la emigración.
Un abrazo.
Qué emotivo post, Man. La Argentina acogió a muchos que emigraron de Europa. Lástima que el gobierno español a veces se olvida de ello.
Un beso grande y feliz fin de semana para ti.
Querido MAN: Me sumo con emoción a tu agradecimiento hacia todos los países de nuestra América que acogieron a nuestros compatriotas. Muy especialemente a nuestra querida Argentina y a quella gran Madre común que se llamó Eva Duarte. Unos u otros o, hasta unos y otros, pueden decir lo que quieran, pero aquella gran mujer no pasará jamás de mi cariñoso recuerdo. Por eso hoy, cuando veo un argentino por la calle, se lo digo y le recurdo mi gratitud. Hace sólo unnpar de diás, a uno de ellos, un porteño, se les escaparon un para de lágrimas. Y por ello, dentro de la penuría y dificultades a las que nos ha llevado este estúpido y maldito Gobierno, el de los peores, hemos de esforzarnos por cooperar al bienestar de nuestros hermanos argentinos, y de lodos los demás hispánicos de America. Son los españoles del otro lado de gran Mar. Un abrazo, MAN. Luis Madrigal.-
Amigo, a unas cuadras de mi casa, en el malecón Grau, está o estaba el Casino Español. Con muchos de los hijos, de los socios europeos, estudié. Cuando llegaron a Chimbote todos trajeron sus maletas llenas de esperanzas y nada más... vaya que se les recibio con mucha amistad.
Sé, lo que es ser un emigrante alejado de la familia, los amigos, y de la tierrita. Cuando uno parte no solo deja un gran vacio en los que se quedan sino que cargas un gran dolor toda una vida.
Un gran abrazo.
Un bello homenaje y bien merecido a los países que acogieron a tantos de los nuestros.
Hoy día podemos devolver el favor a muchos de ellos a través de los compatriotas que aquí han llegado.
Como a ti, sensible Man, siempre se me ha encogido el alma con la emigración.
Un abracico chillao, gran hombre.
Mi madre bajó un día de un barco en Buenos Aires viniendo de Francia,y aunque no pertenecía a ninguna corriente migratoria,sino que lo hacía por razones de trabajo,se consideraba una inmigrante más,por el hecho de no querer romper jamás los lazos de afecto con Francia.
En Argentina,en cada pueblo del interior hay distintas "sociedades".En Arrecifes,que no llega a 30.000 habitantes,tuvinos la española,la italiana,la francesa,la irlandesa etc.
Yo si bien no nací allí,entendí al mudarme como funcionaba la Argentina,donde todos tenemos una gotita de sangre de algún otro lugar.
Debemos hacer una gran diferencia,con todos los sudamericanos que más tarde nos instalamos en Europa,ya que la mayoría regresa en promedio una vez al año,en tanto que quienes fueron allá hace años,en muchos casos no tuvieron la oportunidad de volver a su lugar de origen ni de ver a su familia
En efecto,las comunicaciones cambiaron nuestra vida,tenemos internet,nos vemos a traves de una videocámara,hablamos por Skype sin gastar un centavo.Si alguien necesita un papel del otro lado del charco,lo escaneamos y allá va.
En poca palabra,que hoy no es tan difícil como era en aquella época,las distancias se acortan.
Yo conocí a mi abuela a los 14 años,y fuí afortunada,seguramente Man,tardarás muchísimo menos en conocer a Andrea.
Besos
Clau
que pena ver esos niños y la pobre gente tenerse que ir de su tierra y asi pasa ahora y muchos no lo aceptan pero veo que aqui pasó igual ...gracias por tu visita y tus palabras a mi poesia
deseo un dia muy feliz para ti estos dias de puente...besos
Marina
Corría el año 73, que lejano parece, era mi primer trabajo, un despacho de abogados. Uno de ellos tenía un hermano en Rusia, se marcho acabada la guerra, como tantos otros, era del bando perdedor. Allí terminó su carrera, encontró trabajo (era un afamado científico de aquel país) se casó y formo su familia. Desde el año 39 hasta ese 73, solo por carta, y alguna conferencia telefónica le mantenía unido a su familia de aquí. Después de complicadas gestiones, pudo salir aquel 1973, para visitar a su familia en España.
Era Navidad y salí con él por Madrid varios días en sus Paseos. Buscada, con los ojos llenos de lágrimas las referencias de su juventud: calles, cines, plazas, teatros, bares…
¡Todo había cambiado demasiado! Y me decía que era malo ser emigrante, dejar su país por las circunstancias que fueran, porque, al final, no eras ni de aquí ni de allí.
Me ha encantado el post.
Besos
Bueno Sr. Man, muy sensiblera esta entrada. En cierto modo yo tambien soy inmigrante pues me vine a esta Region hace 30 años, y yo no digo como he leido en un comentario que no se de donde soy. Yo me siento Murciano, con la tierra que me acogió, aqui tengo grandes amigos, mis hijos nacieron aqui y todo lo tengo aqui. Lo otro es como un recuerdo que tampoco olvido pero solo eso. También crero que la mentalidad ha cambiado, la gente antes estaba mas apegada a la tierra. Un abrazo Sr. Man.
HOLA MAN !!! Hermoso y emotivo está tu rinconcito hoy,trayéndonos estos recuerdos...Si ingresás a http://www.migraciones.gov.ar/accesible/?fotos_museo - verás fotos de cuando mi país recibió a los inmigrantes !!! Brindemos por la fraternidad !!!Abrazote mi querido amigo, un placer visitarte ! Laura Cornejo
Desearte, en el día de hoy, día de la Virgen, y siempre, un felicísimo día.
Un fortísimo abrazo.
gracias por tu visita que ha sido un placer recibirte...ya sabes que "Espigas del alma siempre tu amiga
besos
mARINA
Pues seguro Man que como tú, hay niños ahora en marruecos, ecuador ,argelia, que están viendo irse a sus amigos con sus padres por la ilusión de un futuro mejor lejos de la miseria ,así que debeoms tratar de ayudarlos y comprenderlos a todos, sean de donde sean y del credo que sean
Que linda nota Man. Mi abuela llegó a esta tierra Argentina desde la Coruña, con nada de plata y muchas ilusiones, mis otros abuelos llegaron uno de Austria y dos de Italia. Como ves soy producto de esa gente valiente que salio a luchar por una vida mejor.
Y mi mejor amiga salio de Murcia, se llama Conce y se caso por poder. Era allí una señorita bien y al llegar aquí debió luchar de la mano de su Pepe, ella me cuenta de su vida, siempre decimos que la vamos a escribir y hasta hoy no lo logramos.
Hermosa tu nota, mirá cueantas cosas has removido en mi corazón.
Un saludo.
mariarosa
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